jueves, 28 de febrero de 2013

Trucos para la resequedad


  • Labios resecos. Es importante que no te humedezcas los labios con la lengua cuando los sientas secos: el alivio es sólo temporal y, por si fuera poco, falso, ya que cuando se evapora la saliva, los labios quedan aún más secos. Usa labiales muy cremosos, evitando las fórmulas de larga duración, que suelen ser menos emolientes. Si quieres, puedes usar un cepillo de dientes viejo para, cada noche, frotar con ellos los labios para así ejercer una suave exfoliación que ayude a eliminar los pellejitos. Sin embargo, en ocasiones, esta medida resulta demasiado agresiva, y basta con frotar la piel de los labios con una toalla.
  • Codos resecos. El problema de los codos secos es muy común. Para dar un aspecto terso a los codos, nada como comenzar cuanto antes a realizar un programa de exfoliación (no uses piedra pómez: es un remedio demasiado agresivo que puede producir el efecto contrario) y de hidratación con cremas untuosas (no importa que sean de manos). Y, cada tres días, realice un tratamiento extra. Corte un limón por la mitad y frótelo sobre el codo. Su ácido cítrico actúa como exfoliante natural y contribuye a blanquear y aclarar la coloración oscura de esta zona. Después, aplique crema hidratante. Comenzarás a observar resultados a partir de la primera semana, y en un mes, notarás cómo la piel de los codos está mucho más suave y tersa.
  • Contorno de ojos. Para drenar, reducir bolsas y atenuar ojeras, nada como el viejo truco de cortar dos rodajas de pepino fresco, recién sacado del frigorífico (que no del congelador, ojo), y descansar quince minutos tumbada y relajada con ellas sobre los párpados. Más barato y fácil, imposible.
  • Morderse las uñas. Seguro que ya has desistido en tu empeño y has probado miles de remedios. Pues aquí te vamos a proponer otro, ya que sí existe un truco. ¿Sabes cuál es la receta más eficaz para prestar más atención a tus uñas? Por obvio que parezca, nada como hacerse la manicura regularmente. Como mínimo, una vez por semana. Y si son dos, mejor. Muchas mujeres, por cortas que se vean sus uñas al principio y motivadas por el nuevo aspecto de sus manos, evitan la tentación de morderlas y consiguen que crezcan al sentirlas cuidadas. Y no está de más recurrir también a técnicas de reducción del estrés como la meditación, el yoga o el control mental, tratamientos que no sólo mejoran el aspecto de las manos sino, sobre todo, el estado de ánimo.

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